martes, marzo 19, 2013

RELATOS SF/F: IMMERSION; ALIETTE DE BODARD



Immersion        Aliette de Bodard        Clarkesworld Junio 2012 

Nominado al mejor relato en los Premios de la British Science Fiction Association (BSFA) 2012

Nominado al mejor relato en los Premios Nebula 2012 

Nominado al Mejor Relato en los Premios Hugo 2012.

No sorprende que éste sea uno de los relatos con más visos de estar en la tanda de nominados de los Premios Hugo de este año. Aliette de Bodard despliega una tecnología imaginada con tantas posibilidades, con tantas ramificaciones, que no necesita mucho para apuntalar cuánto ésta afecta a los personajes. En cierto modo, ahí siempre está el elemento de la inspiración, del genio, pero además de idear el dispositivo protagonista, la autora maneja bastante bien los elementos narrativos.

Immersion se sitúa en un mundo, en un universo, al que de Bodard dedica lo justo. Ya tendrá ocasión, imagino, en formatos más largos, pero en este relato da los apuntes necesarios, pero sin explayarse. Lo suficiente, sin embargo, para situarnos.


Portada de número de Junio de Clarkesworld. El autor es Max Davenport.

Agnes y Quy son dos mujeres que habitan en un planeta, colonizado y dependiente de una civilización, los Galácticos. Las dos se mueven en ambientes diferentes de la sociedad, pero ambas lidian con cómo una nueva tecnología altera sus vidas. Son los “inmersores”, que permite a los ciudadanos locales aparentar un aspecto diferente, habitualmente uno similar al de los Galácticos, además de ser informados "en tiempo real" de detalles de etiqueta, vocabulario de esa otra lengua, y aportarles hasta vestimentas virtuales que se superponen al cuerpo.

De Bodard otorga más importancia a Agnes, en cuanto a que usa una segunda persona, un narrador que señala sus sentimientos, sus pensamientos. Ya decía yo, en el análisis de otro relato,  que es una técnica arriesgada, pero aquí está bien dosificada, hasta el punto de que casi casi funciona como una primera persona. El narrador se dirige a ella, pero de forma tan cercana que vamos intuyendo que es como si una parte de ella se dirigiera a la otra. Como si fueran dos personas en una. Sin hacer spoilers, diré que esto tiene mucho más sentido, debido a cómo le afecta el "inmersor". Por cierto, que ello es lo que permite que ya se empiece el relato con anticipación de que el "inmersor" es un un elemento que distorsiona. Conflicto, desde el principio. Clásico, pero efectivo. Y prueba de que De Bodard no descuidará lo narrativo; que no se relajará, dada la posible genialidad de haber encontrado esta idea de los "inmersores".

Mientras, un narrador en tercera persona va intercalando la historia de Quy.

Hay algo que hace De Bodard que encuentro muy inteligente, y bastante sutil. Los pequeños detalles que nos hacen ir conociendo a Agnes y a Quy juegan a la vez con la similitud y con el contraste.

Las dos se hallan insertas en sus luchas internas personales. Ya en el primer párrafo, queda claro que las de Agnes son más graves, más hondas, y quizá más urgentes. Algo de su propia imagen le resulta ajeno, y ni siquiera hacer uso de su inmersor ayuda.

Por su parte, Quy mira las naves que llegan y sueña con marcharse, pero se avergüenza de no ser tan fuerte como para asumir, más y mejor, el destino que debiera aceptar: su trabajo en el restaurante de su tío.

She both longed for those days back, and hated herself for her weakness.

Por tanto, diferencias pero también parecidos. Tampoco ella es tan rebelde como se querría, como se expone en la escena con su hermana menor, la cual si es capaz de poner en palabras cuán harta está de los colonizadores. Y cuánto daño están haciendo los "inmersores" a esta sociedad (quizá se haga un tanto explícito el problema poniéndolo en boca de esta hermana).

En cambio, Agnes vive para contentar a los otros, en especial, a su marido. A medida que avanzamos, esperamos, deseamos, que ambas mujeres se encuentren, porque intuimos bien un choque, bien una alianza.

Como método para mantener el interés puede parecer débil, en comparación con los habituales aspectos de suspense. Y, sin embargo, es muy efectivo. No, no nos preguntamos (con “ansiedad”) qué pasará luego, porque no hay peligro inminente, ni un objetivo necesario para los personajes; como mucho queremos saber más sobre qué le sucede a Agnes. Lo que sí nos preguntamos cuándo y cómo se conocerán. Hasta ahí, es el grado en que la autora logra un retrato creíble de las protagonistas.

Como decía, los “inmersores” son una idea genial, que abre derivaciones de toda clase, y conexiones con nuestro presente. Como mucha ciencia ficción (para muchos, como toda la buena ciencia ficción), lo que se cuenta sirve de metáfora y de eco de situaciones, problemas, temas de la actualidad.

Tenemos el tema de la exigencia vertida sobre las mujeres en torno a su aspecto, que siempre debe ser impoluto. Tenemos el tema de la colonización cultural. De Bodard incluye el dato de que los Galácticos fue esta tecnología apenas la única que dejaron a los habitantes de este planeta; una que sirve para que los locales se superpongan unas proyecciones para aparentar no ya las ropas típicas de aquellos, sino su aspecto físico. Y su raza, lo cual abre otro tema/subtema, sembrado, intuido. Porque, excepto, como decía, en la escena en que Qyn se encuentra con su hermana, ocupada en su empeño por entender el funcionamiento de los “inmersores“, ninguno de estos temas está demasiado enfatizado. Ni siquiera se cae en las denuncias simplistas. Por ejemplo, el marido de Agnes no es ningún ogro. Es un Galáctico, y no deja de ser, claro, parte de ese sistema colonizador. Pero cree en el cambio, lo defiende. Y en cuanto a su mujer, nada será lo que parecería, y él no tiene tanto que ver en los motivos del problema de ella con el “inmersor”.

No. De Bodard expone todo ello, pero su habilidad (también, la habilidad de escoger este formato y no una novella o una novela) hace que todo esto reverbere por cómo lo asimilan las dos protagonistas. En particular, sobre Agnes, en la que se hace más palpable esa contradicción: habitantes que ya sólo viven sus vidas escondidos y dependientes de los inmersores.

… shouldn’t the inmerser have everything about Galactic culture recorded into its database, shouldn’t it prompt you? But It´s strangely silent, and this scares you, more than anything.

El final confirma que el cuidado de los personajes y el manejo de todos estos temas no significa que se haya de despreciar lo narrativo. Ya se percibía en la escena en el restaurante donde esas dos vías, la visión de Agnes, la de Quy, se aproximan a colisionar en un momento donde la tensión está bien dispuesta. Pero en el final, descubrimos que cierta escena era más que necesaria; un sembrado bien colocado para que ahora sea posible el giro final. Este cierre, en que se intuye que quizá la que es víctima pueda iniciar el cambio hacia la desaparición de los “inmersores”.

No corren buenos tiempos para la ciencia ficción dentro de los Premios Hugo, por lo que es muy posible que sea un relato fantástico el ganador. Pero si yo pudiera votar, sin duda Inmersion estaría en mi lista. Hace tiempo Elias Combarro (@odo, en Twitter) del blog Sense of Wonder, ya me remitió a Aliette de Bodard como una promesa. Parece que tenía toda la razón. 

Immersion ha sido incluido en The Best Science Fiction and Fantasy of the Year, Volume 7, editado por Jonathan Strahan. Elías lo reseña en su blog, aquí. Una reseña que opina todo lo contrario, y que es muy crítica con este relato la pueden encontrar en el blog Everything is Nice. 

Actualización 30/03/13: Immersion ha sido nominado al Mejor Relato en los Premios Hugo 2012.

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