Este post de aquí, http://bloguionistas.wordpress.com/2010/04/28/la-frase-ii/#comments, me hizo recordar muchas anécdotas de cuando empezaba en esto de los guiones.
Una vez, tuvimos que acudir el sábado a la productora todos los guionistas; al parecer, era una buena idea encerrarnos y tenernos allí todo el día. Es otro de esos mitos que corren por ahí: o agarras al guionista por el gaznate y lo atas a la silla y al ordenador, o "no producirá".
Recuerdo que eso mismo me comentó un amigo de un productor andaluz: que hubo de encerrar a los guionistas. Claro que el director (que era el co-guionista) es que era de esos de "tomarse las cosas con calma". Y tanto: tarda años en rodar, en montar, en hacer su próxima película. Pero esperen, que me desvío del tema.
Por aquella época, trabajábamos en una serie para la televisión vasca. El canal que habla castellano, claro: a mí el euskera como que no se me da muy bien.
Esa misma tarde de sábado, agotados todos ya (¿Qué hacíamos aquella vez? ¿Quizá preparar subtramas para próximos capítulos?), y asumiendo que no íbamos a ninguna parte hasta que el jefe lo decidiera, me acuerdo que hubo un momento en que éste andaba al ordenador. No sé cómo hablábamos, de pronto, de Nietzsche.
Supongo que era justamente a raíz de ese esfuerzo supuestamente productivo, y, entonces, el jefe recordó aquella frase del alemán (si es que de veras fue suya, que en estas cosas ya se sabe): "lo que no me mata me hace más fuerte". Y añadió:
- "¡Sí! ¿No es total?
O algo así. Le miré el gesto, un tanto alucinado (y no, no había drogas por allí; el tipo era serio en esto) y pensé. No.
Así no.
Y aprendes. Aprendes que no puedes vivir sólo de las historias que creas. Pasión, toda la que quieran, pero es un trabajo. Quizá, también un hobby. Pero mientras te pagen, y hagas algo para alguien que, seguramente, gane tres veces más que tú, es trabajo. Hay un mundo ahí fuera.
Aquel tipo lo recuerdo con mucho cariño. No estaba loco, pero me hizo ver que había cercanía con el abismo andando en esto de crear narraciones.
Nada de "superhombres", ni de "artistas obsesivos", al modo romántico. Hay que vivir. Hay que hablar de otros temas con las personas que conoces y que te aprecian. No es sano tener en la punta de la lengua continuas referencias a puntos de giro, diálogos, planos, travellings...
Por ahí, se acaba en el camino del friki más alucinado, y miren ustedes, no lo veo justo.
Que sean siempre los productores los que estén de veras locos y digan frases absurdas.
Veo que el mundo del guionista y el del creativo publicitario se parecen muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuucho. Por cierto ya he terminado el análisis de "Asalto Informático".
ResponderEliminarMe encantó este post. Qué tiempos aquellos, Fernando.
ResponderEliminarJajaja. Sabía que te acordarías. Jolín, pero qué de horas echábamos con las subtramas aquéllas. ¡Y era un culebrón!
ResponderEliminarAunque, eso sí, aquel braimstorming te ponía las neuronas en marcha por narices. Además, digan lo que digan, en un culebrón lo divertido es justo eso: que casi todo es posible.
Y hasta creíble.