Alphas fue hasta cierto punto una excepción como serie de la cadena Syfy. A diferencia de Eureka y Warehouse 13 no requería ese tono ligero y humorístico, a ratos un guiño a los potenciales geeks más jóvenes que siguieran la cadena y disfrutaran de esta clase de comedia. Para el resto de los mortales, muchas veces, esto era una molestia. Y a veces, incluso un insulto, en especial en el caso de Warehouse 13, donde se han infantilizado los protagonistas hasta el extremo (con una contrapartida peculiar, dándole más peso y dramatismo a los secundarios).
Alphas pretende ser relativamente seria. No diría yo tanto como que se excede en pretenderse así (eso con lo que, para que nos entendamos, Nolan ya cargará el resto de su carrera), pero sí que se ha preocupado de desarrollar al menos las tramas, y los personajes, algo más allá del arquetipo.
Tras Alphas está, junto a Michael Karnow, Zak Penn, uno de esos guionistas a los que los productores de cine sigue encargándole las adaptaciones de muchos de los super héroes de cómic.
No se partió la cabeza.
Lo que trasladó a la serie no era sino el esquema de los X-Men, justamente una de las adaptaciones que Penn realizó para el cine. Hasta el punto de que tenemos un trasunto del profesor Xavier, en el personaje del doctor Rosen. Por cierto, de lo mejor de la serie. Uno ve a David Strathaim, y se pregunta qué se hubiera hecho en las películas de X-Men si se le hubiera dado más tiempo, o mejores guiones. O quizá un actor que entendiera mejor el personaje (Patrick Stewart despreció al director y la película; una ironía, tras haber realizado aquella serie tan buena de films de Star Trek).
Sea como sea, aquí se reproduce aquello que se contaba mejor en X-Men: Primera Generación (X-Men: First Class, Matthew Vaughn, 2011), ya que ésta se inspira en la serie de cómics primera (un poco anterior a Chris Claremont, si no recuerdo mal). Entonces, el Profesor Xavier tenía un grupo de mutantes ya a su cargo, y con ellos, buscaba por el mundo mutantes “perdidos”, bien peligrosos, bien dolidos y apartados del mundo que nos le comprende… y antes de que se conviertan en posibles amenazas para el homo sapiens. Y los reconducía y ayudaba, trayéndolos a su mansión, y entrenándolos para usar sus capacidades para el bien.
Aquí, en lugar de mutantes, los denominan Alphas. La otra diferencia, ésta más relevante, es que son productos de la genética, sí, pero con poderes menos espectaculares, y más justificados con algo de ciencia. Supongo que, con Haven también en parrilla, a Syfy no le quedaba más remedio. Haven ya ofrece su buena ración de superpoderes, en este caso, totalmente fantásticos, y por tanto, sin necesidad de explicación científica.
En todo caso, esta mayor credibilidad siempre necesita de nuestra complicidad. Puede que algunos de los “poderes” de los Alphas sean más “aceptables” dentro de un posible verismo. Otros, es más complicado.
Por ejemplo, es probable y creíble que alguien tenga ciertas zonas del cerebro más desarrolladas, de forma que sea capaz de ver las relaciones entre causa y efecto. Otro asunto es si ser capaz de analizar le hace también capaz de actuar y crear esas cadenas de eventos.
Esto no quiere decir, en verdad, mucho. Uno de los capítulos más interesantes de la primera temporada era precisamente Cause and Effect (1x02), donde uno de los Alphas que el equipo persigue tiene ese poder de alterar esto.
En otras palabras: a lo mejor la serie de Syfy no necesitaría el elemento de pretendido realismo, porque, a ratos, es lo que puede convertirse en su peor enemigo. Y, sin embargo, ése es el camino tomado. Es como si los guionistas y showrunners hubieran huido de otra serie con similitudes: Heroes. Aquella, ni en el tono, ni incluso en la estética, renunciaba a la idea del cómic, como medio de inspiración. Pero seres con capacidades superhumanas ya estaban también en aquella serie, Los 4400 (The 4400, CBS, 2004-2007). Cierto que, en aquel caso, la explicación era más compleja (hasta cierto punto, más original), aunque la coartada (no tan poco habitual como se pudiera pensar) en ciencia ficción de un futuro tan lejano y avanzado convertía los cambios "genéticos" en las personas con poderes en algo más bien perteneciente al género fantástico.
Como forma de distinguirse, se entiende la estrategia de los guionistas. Pero ya sabemos qué estrecho es el margen para que algo tan "fantástico" como los super héroes se inserten en el realismo. Nolan se ha esforzado (alguno afirma que demasiado), y, aun así, sus Batmans tienen dificultades. Y eso, que nadie más se ha atrevido con super héroes con poderes más fantásticos. Y la segunda temporada de Alphas tal vez se esté extralimitando en lo verosímil. Eso traiciona el tono que había establecido. O estamos en la ciencia ficción, o estamos en la fantasia. Pero no en las dos, al mismo tiempo.
En todo caso, tal vez la dificultad de la apuesta ha hecho que Syfy traiga realizadores con ideas atractivas, como veremos.
En cuanto a estructura, tampoco vamos a hallar novedades. Tenemos el esquema de capítulos autoconclusivos, con tramas que se centran en el rescate o detención de cada nuevo Alpha. Al tiempo, hay una trama general (una background plot) que unifica cada temporada. Una que, a su vez (y esto no está mal hilado) se ramifica en dos sentidos.
Por un lado, el conflicto que significa para Rosen (y los Alphas “buenos”) el hecho de que los Alphas detenidos son enviados a una cárcel especial, cuyo funcionamiento en bastante oscuro. Por otro, el conflicto con una entidad más o menos abstracta, la organización llamada Red Flag, cuyo objetivo, claro, es el opuesto al del Rosen.
En cierto modo, serían como los del lado de Magneto, frente a los de Xavier. Como Magneto, la gente de Red Flag cree que sus “afecciones” le hacen diferente para bien, y creen que los “normales” necesitan ser opuestos con violencia. Podemos encontrar otra posible inspiración, como decíamos, en Los 4400. Como decía, el punto de partida, pese a los esfuerzos, no encubre bien que Alphas sufre de falta de originalidad.
Lo peculiar es que los showrunners de la serie debieron ver pronto que esta idea funcionaría mejor si de hecho teníamos un Antagonista que jugara ese rol de Magneto. A finales de la primera temporada, ya lo introdujeron. En un personaje (y no en una entidad) es más fácil insertar un discurso que se comprenda: las motivaciones de “los malos”. No es que Red Flag no tuviera, a medida que avanzara la temporada, su “comandante”. Pero era uno muy arriesgado.
Arriesgado porque era una persona tullida; y esto, para muchos, ya se codeaba con el posible ridículo. Claro que cambiarlo a Stanton Parish, el que será el villano claro de la segunda temporada (y con ese discurso tan similar al de Magneto) lo hace, más efectivo, pero, quizá, menos interesante. Hubiera sido curioso ver si una serie sobre super héroes aguantaba con un villano tan "debil" en apariencia, aunque tan inteligente como era el de la primera temporada (no quiero dar spoilers, por si acaso)
Por otra parte, no ha quedado muy claro, en el paso de la primera a la segunda temporada, qué diferencia a Red Flag de la nueva organización de Parish. ¿Será porque ese cambio de villanos ha sido más improvisado de lo deseado?
Stanton Parish, el nuevo villano. También con él parecen los creadores de Alphas un tanto indecisos. En la primera temporada se hacía implícito que era un sociópata incapaz de la empatía. En la segunda, ya se le dan momentos donde es "humano".
Con todas estas limitaciones mencionadas, se podría colegir que la serie no tiene elementos válidos. No es el caso.
Lo primero es algo bien establecido en el Piloto; y que se echa en falta que se continúe (al menos, en el mismo nivel) en el resto de la temporada. Se trata de la forma de establecer diálogos entre los Alphas que trabajan con el Dr. Rosen. Se interrumpen, se pisan, se superponen las líneas. Esto le da, como dirección de escenas y actores, un tono muy concreto en ciertos momentos, que va bien con esa posible intención de mayor realismo. Una buena idea de realización/dirección, creo.**
En particular se da, aunque no sólo, entre Bill Harken y Gary Bell. Uno tiene problemas de “límites” y autoridad, e invade con asiduidad los espacios de los otros personajes. Por tanto, es lógico que hasta su voz sea intrusiva. El otro, Gary Bell, tiene un grado medio de autismo, con tendencia a decir la verdad, y a rebelarse ante las órdenes.
Y he aquí el otro elemento interesante de Alphas. Las peculiaridades cerebrales de cada uno les causan efectos psicológicos y emocionales contraproducentes. Gary puede “ver” las emisiones electromagnéticas (la serie se toma la “libertad” de mostrarlas, tal como él las vería) pero es autista. Bill tiene esos problemas de control (para con los demás) y también de ira. Nina es capaz de forzar a la gente a hacer lo que ella quiera, pero es algo que no puede dejar de hacer, por narcisismo.
Esto causa un efecto inesperado, quizá incluso para los showrunners. Apenas ninguno de los Alphas puede caernos demasiado simpáticos. Y, a ratos, son hasta insufribles.
Claro que, en el fondo, no son ellos los protagonistas. Por algo contrataron a David Strathaim. El Doctor Rosen es el que afronta los conflictos fundamentales de la temporada. Es él quien sufre y se cuestiona a sí mismo el hecho de que, al cabo, trabaja para el gobierno (otra diferencia con los X-Men), el cual puede que esté extralimitándose en cómo afronta el “peligro” que causan los Alphas.
Es él, de hecho, el que cierra la temporada con un giro bastante fuerte. En verdad, este 1x11 (Original Sins), escrito por los creadores, tiene momentos bastante logrados, como es la evolución dramática que tiene una misión que parecía con objetivos más "limpios" y simples (porque, al cabo, ya ninguna ficción puede mencionar "terrorista" y caer en los simplismos) o cómo Rosen decide entender el dolor de su hija, mediante el uso de ésta de su "poder" (mejor pensado, esto, que rodado, por cierto; tal vez cosas del ritmo, la escena necesitaría un poco de más tiempo). El giro final que mencionaba es, a la vez, un cliffhanger. Rosen se posiciona en una neutralidad que, al contrario que hasta entonces, no le significa callarse ante las autoridades. En realidad, es una evolución lógica para un Doctor Xavier que, a diferencia del original, no es “uno de ellos”.
La escena mencionada, en el capítulo 1x11, donde que la serie tenga un actor tan estupendo con Strathaim prueba haber sido una gran decisión.
Una lástima que los showrunners hayan caído en eso tan común en estos días. La falta de valentía para ser coherentes hasta el final. El primer capítulo de la segunda temporada ya cuenta cómo, tras parecer que todo iba a cambiar, continúa donde estaba. O sea, aquel cliffhanger, aquel giro fuerte, se traiciona.
Aparte, el cambio del cambio (para volver a la casilla cero) es bastante ilógico en guión. Rosen se había posicionado en contra del Gobierno (a la vez que contra los Alphas que buscan la “guerra”). No parece coherente con el personaje ni con la propia trama que, en la segunda temporada, vuelvan a darle parecidas credenciales, o que él lo acepte como si nada hubiera sucedido. Retomando Los 4400, aquella serie tenía sus defectos, sin duda, si bien no se le podía tachar de incoherencia con cada decisión tomada al final de la temporada anterior. Para la siguiente temporada, sí había cambios fundamentales, en la trama, y en la relación entre los personajes. Heroes también lo hizo, quién lo duda, si bien muchos sabemos ya cómo los cambios eran tan bruscos, y tan gratuitos, que condujo a la serie de Tim Kring en una de las decepciones más grandes para los seguidores de este género de series.
Lo único que promete Alphas, para esta segunda temporada, es que parece que se seguirá indagando en esa condición particular de Rosen. Los Alphas nunca lo considerarán uno de “su bando”; los del Gobierno, tampoco confían ya en él.
¿Puede un protagonista que no cree en "bandos" salir adelante? Habrá que ver.
** Otras, pueden verse en la escena en el 1x03 (Anger Management) donde las feromonas del Alpha peligroso hace que todos se vuelvan casi locos. Interesante por cuanto recuerda más de lo que se supondría a la estética cómic. ¿Será que los showrunners, pese a todo, no se deciden?
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