domingo, mayo 27, 2012

CORTOMETRAJE DULCE SUEÑO DE SOMBRAS: CASTING, NOTICIAS, CARTEL


El sábado pasado tuvimos el casting, para elegir al niño protagonista del cortometraje Dulce Sueño de Sombras, en el que estoy trabajando. Llevamos la cámara, y los grabamos. Tenían un breve texto memorizado, e hicimos que lo interpretaran en distintos tonos. Luego, Beatriz, la directora, les pidió que ejecutaran una de las acciones del guión del cortometraje.

Fue una experiencia interesante. Los actores profesionales tendrán sus modos, sus posibles tipos; en el caso de los niños, es diferente. No se lo toman tan en serio. No tratan de impresionarte. No les importa demasiado si los eliges o no.

Eso tiene su ventaja: son más naturales. También tiene su desventaja. Si se vuelvan demasiado en que sea un juego, se vuelve todo teatral o exagerado. Y hay sentimientos que les costará más reproducir. Por ejemplo, el miedo, que es fundamental en Dulce Sueño de Sombras.

También está el elemento de la edad. Mientras más jóvenes, más cercanos a la edad ideal del niño que retrata el guión. Pero también menos dispuestos a pasar mucho tiempo rodando. Mientras más mayores, más lejos del niño que buscamos para el cortometraje. Pero más responsables, y más fáciles de comunicarles que esto es, o aspira a ser, un trabajo serio.

Por tanto, elegirlo no va a ser tan sencillo. Aunque eso lo hace más interesante.

Beatriz aún tiene que revisar las grabaciones. Siento no poder incluir nada aquí: al parecer no es legal hacerlo. Sólo con el niño elegido, y cuando los padres firmen el papel correspondiente, tendréis ocasión de conocer al candidato elegido.

De nuevo, queremos agradecer la colaboración de Viento Sur, y, en concreto, del profesor que nos ha ayudado con los niños.

Ahora quedan el cierre de localizaciones, y ajustar los calendarios del equipo.

Mientras tanto, os dejo aquí ideas y bocetos del cartel (realizados por Carla González). Para que vayan opinando si quieren. 






martes, mayo 22, 2012

UN VERANO DE GUIÓN: CLAVES PARA DECIDIRSE A HACERLO (APLICABLES A CUALQUIER TALLER DE GUIÓN)


Laura Bermejo me ha pedido que escriba un texto sobre mi experiencia en el taller de guión Un Verano de Guión 2011. Y ya que mis textos los publico ya por costumbre aquí, lo voy a compartir con todos. En cualquier caso, algo de ello ya lo narré en este otro post.



Laura, además de un encanto, es una de las personas detrás de estos cursos que organiza Ars Media. Junto con Anuska Gil, son las encargadas de que la estancia en Córdoba sea lo más placentera posible. El tercer personaje (perdónenme la deformación profesional; uno ve personajes en todas las personas) es Valentín González Tubau. 

Veamos los elementos decisivos a la hora de apuntarse o no a un taller de guión, revisando cómo se aplica al caso de un Verano de Guión:

1. El director del curso y/o organizador de los talleres.

Si más o menos están ustedes en los alrededores del guión (porque si viven “en el centro”, no necesitan este curso; ya estarán trabajando en “la industria”) es improbable que no conozcan el portal Abc Guionistas. Ha tenido sus altos y sus bajos (lo compró otra empresa; ahora lo ha “soltado”), pero sigue siendo un buen foro de noticias en torno a estos temas.

Pues Valentín es la persona detrás de esta iniciativa. ¿Es esto suficiente para decidirse si abonar por hacer uno de los cursos que organiza, y, en concreto, el de Un Verano de Guión?

Seguramente no. Veamos otra manera adicional para decidirnos. Entren en Abc Guionistas. Busquen el enlace donde uno puede suscribirse a las novedades. No al feed de la página, ojo, sino un enlace que te incluye en un listado de personas interesadas en cursos y temas de guión. Desde ese momento, os llegará a vuestro correo reflexiones, noticias y comentarios del propio Valentín.

Al cabo de dos o tres mails, ya sabrán cuál es la filosofía existente detrás de los cursos. Si les gusta, es una razón importante para acudir a estos cursos (o cualquier que organice); si no, pues no. Si no están de acuerdo con el ideario que subyace tras la persona encargada de organizar el curso es absurdo apuntarse.

¿Cómo resumir el ideario de Valentín? No es sencillo. Digamos que es una defensa apasionada de la profesionalidad del guionista. De la necesidad de que posea, desarrolle, mejore ciertas habilidades y cualidades. Y todo, con un tono optimista, que se preocupa por rebuscar, en el caos actual, por dónde se encaminan los perfiles profesionales. Pero no se fíen de mi palabra. Investiguen por su cuenta. 



2. Los profesores.

A partir de ahí, otro elemento relevante para que tomemos una decisión: los profesores que participan en los cursos o talleres de guión.

Lo más objetivo, para enjuiciarlos, es el hecho de que lo realizan profesores con currículum.

Esto es fundamental. Clave. En cada taller al que uno se quiera apuntar. Es lo primero que recomiendo antes de gastarse dinero en un curso corto (o, para el caso, en uno largo; hay carreras privadas donde ni te cuentan quiénes son los profesores). No están las economías para desperdiciar ahorros. Tampoco para que valoremos poco nuestro tiempo. Talleres online y presenciales de guión con profesores con poca (o nula) experiencia existen a patadas. Gente que resume la escritura de guiones con máximas con tufillo a manual de autoayuda tampoco faltan (entre los que sí son fiables, está la asesoría de mi colega de La solución elegante; Javier tiene ojo para los fallos, y probablemente arrasará el guión que trabajen, pero eso es bueno, créanme). Talleres de guión con profesores que haya trabajado y continúe trabajando en el audiovisual, muchos menos.

Un Verano de Guión trajo, el año pasado, a gente que sabe de lo que habla. Porque hay una serie de profesionales que, aparte de sus conocimientos, reflexiona sobre su trabajo; esto se comprueba cada día en las entradas de blogs como bloguionistas o Guionistas VLC. Y esto también es esencial: no sólo profesionales del medio que sean enciclopedias andantes, sino que piensan, analizan, revisan las estrategias y las herramientas de su trabajo.

3. Aspecto práctico

En el caso de Un Verano de Guión hay que diferenciar. Por un lado, está la posibilidad de acudir a lo que denominaremos conferencias/talleres.

Las conferencias/talleres consisten en dos sesiones. Una primera, donde se expone e imparte un conocimiento, un área específica, y una segunda, donde se revisan y corrigen los trabajos entregados.

Es decir, hay ejercicios. Deberes. Justo lo que muchos talleres no suelen ofrecer, en especial cuando son de tan corta duración. Es algo a exigir en cualquier taller de guión. Que nos corrijan nuestro trabajo; que nos hagan sugerencias; que se trabaje. Digamos más: que se nos exija que trabajemos.

Si alguien se apunta a esta opción, que sepa que recibirá conocimiento e información, y, además, tarea. ¿Son todos interesantes? ¿Son útiles? Esto dependerá de lo que a cada uno aspire. El listado de conferencias/talleres se publica con antelación.

Una de las imágenes que más recuerdo se sitúa en esas noches, en el patio de mi hotel (hay dos, para los que acuden), donde todo el mundo tenía sus portátiles abiertos, y escribían y rescribían y comentaban con los de su equipo. No hay duda de que Córdoba es una de las ciudades (rincones, diría yo) más hermosos de este país. Pero también es cierto que si uno se quita días de vacaciones o dinero de su cuenta, es comprensible que quiera resultados. Práctica. Un Verano de Guión las tiene. Lean bien. Prácticas en el sentido de aplicación de lo que se expone en las conferencias; nadie escribe un guión en una semana.

La otra opción es la que tomé yo, aunque con matices como luego explicaré. Es la opción de las Asesorías de Guión. Si tienen un tratamiento o un guión al que llevan meses (o, como yo, años) dándole vueltas, y necesitan un par de ojos experto que les empujen hacia delante, es la opción más adecuada.

Y las personas dedicadas en exclusiva a esta tarea también tienen un currículum reconocido. Mandas tu obra, la leen, y, si está en unos mínimos, te aceptan. No existe la posibilidad de elegir a tu tutor hasta donde yo sé, pero pueden intentarlo.

Yo tuve suerte. Quería trabajar mi tratamiento con Sergio Barrejón, y lo tuve a él. Hay cuatro sesiones durante la semana. En este caso, es más complicado que se tenga tiempo de trabajar en la historia, a no ser que sea el ejemplo de un guión o tratamiento de un corto. Pero para la siguiente sesión, es conveniente que se traiga el tratamiento (las tarjetas y todo el material sobre los personajes y la escaleta son recomendables, también)y se revise, cada noche, con las notas que hayamos tomado. Porque el asesor hará preguntas. Muchas. Algunas sugerirán soluciones mientras duermen, pasean, o toman un vino en la noche cordobesa. 

Un consejo que, no por lógico, es menos utilizado de lo que se debería. Escuchen con la mente abierta. Y acepten que lo que dirán los asesores es probable que sea verdad. No les dirán cómo escribir, sino que darán caminos para que su guión mejore. Las soluciones las decidirá siempre el autor. No sean soberbios. Si sienten que son guionistas perfectos, entonces no gasten dinero en este taller; ni en ningún otro. Yo ya tengo la experiencia de toparme guiones que se quedaron casi igual después de asesorías de grandes profesionales (en este caso, no hablo de Un Verano de Guión). Si no tienen que recomenzar el guión o el tratamiento, es que no han escuchado lo suficiente. Si no tienen que cambiar escenas, matices de personajes, y el orden y la estructura, existen muchas probabilidades de que no hayan aprendido nada.

Mi experiencia fue positiva. Hablando con otros compañeros (en otros equipos, con otros asesores) no escuché quejas mayores. Tal vez, sólo cuando hubo un exceso de alumnado, tema al que me referiré más adelante.



4. El trato profesional.

Esta es otra clave para decidirse por un curso o taller de guión. Asegurarse (en este caso, el único modo es preguntando a asistentes de ediciones anteriores) de que los asesores son respetuosos. Es importante que sean profesionales. Que juzguen tu trabajo, y no el género o el tipo de cine que te gusta. Que no personalicen. Puede parecer obvio, pero mi experiencia en otros cursos lo contradice. Recuerdo, en otro curso, una institución valenciana afortunadamente desaparecida, a un chico al que su asesora le despreció su trabajo.

Los asesores de Un Verano de Guión 2011 eran profesionales en ese doble sentido: por un lado, son gente que trabaja en la industria, y son analistas que se centran en los problemas de tu guión.

En todo caso, como desconozco quiénes acudirán este año como asesores, un consejo. Uno que vale para cualquier taller de guión. Exijan siempre lo que se promete. Si son 4 horas de asesorías, que sean cuatro. No acepten menos de lo que has pagado, porque eso sólo hará que a) se hagan mala sangre una vez concluyan el curso y b) no ayuden a la organización a que sepan cómo mejorar para próximas ediciones.

En Un Verano de Guión existe una tercera vía, que es la que yo tomé: la posibilidad de apuntarse a las asesorías y, además, a las conferencias/talleres. No es mucho más dinero, y tienes la oportunidad de sumarte a aquellas que más te interesen.

Dependerá de cómo se organicen, pero puede haber tiempo para asistir a esos talleres, hacer sus correspondientes deberes, y, además, trabajar en las asesorías. O pueden sólo asistir a la sesión primera, sin sumarse a la segunda, donde se revisan dichos deberes. Esto está en las manos de cada uno, y cuánto partido quiera sacarle a la semana de Un Verano de Guión.

5. El coste

Es un elemento cada vez más claro en estos tiempos, aunque en verdad siempre debió de ser determinante. En este sentido, cada vez hay más opciones online. Claro que,  en estos planteamientos no siempre se equilibra el menor coste con los puntos anteriores.

Un Verano de Guión requiere que pases una semana en Córdoba. Esto implica unos gastos. La organización facilita dos hoteles (ambos muy cerca de la Mezquita Catedral) con precios especiales. Pero siempre puede uno buscar por su cuenta. Incluso pensiones. Otra posibilidad que usó más de uno el año pasado: incluir esa semana como parte de las vacaciones. Tras Córdoba, hubo un mexicano que aprovechó para viajar por Europa, tomando el sur de España como punto de partida.

¿Consejos? No coman en restaurantes del centro, que son caros. Hay lugares para comprar bocadillos. Si quieren ahorrar, no se apunten a las actividades paralelas que cuesten dinero (aunque yo recomiendo vivamente los baños árabes; sales como nuevo). O no se queden la última noche. O no salgan de copas. Cada uno, según sus posibilidades monetarias.



¿Fue un curso perfecto? No. Lo cierto es que los recortes económicos (antes colaboraba el Ayuntamiento de Córdoba) impidieron a Ars Media acceder a un presupuesto más holgado, con lo que tal vez la organización se resintió un poco. No me refiero tanto a lo experimentado in situ. Laura y Anuska son dos mujeres que uno sabe que antes o después ha de meter en alguna ficción, porque son divertidas y muy dispuestas a resolver cualquier eventualidad. Además, aunque no sea decisivo, sí es agradecido que los días en Córdoba se complementen con la posibilidad (que no la obligación; no duden en decir no si algo les parece caro) de otras actividades. No; me refiero a los momentos previos.  A la cantidad de alumnos admitidos y los tiempos delimitados para la admisión de guiones y tratamientos, que en algunos momentos fueron confusos. Más alumnos admitidos de los previstos hizo que se complicaran algunas asesorías (no la mía), según me informaron. 

Eso es todo. No sé dónde estaré en unos meses, así que ignoro si volveré este año a Un Verano de Guión. Yo lo recomiendo, pero siempre con todos esos matices mencionados antes: cada persona aspira a cosas distintas cuando realiza un curso o taller de guión.

lunes, mayo 21, 2012

GUIONECES: LA NECESIDAD DEL OPONENTE: TOUCH, PERSON OF INTEREST


Dos nuevas series de esta temporada 2011/2012 ponen de manifiesto algunas cuestiones interesantes acerca de la escritura de guiones para la televisión.


Touch (Fox, 2012) se ha presentado este año como otra posible respuesta a un estado de ánimo del espectador. Como Once Upon a Time (y, al parecer, Pan Am, aunque no puedo confirmarlo), tiende a una filosofía que reconforte, rehuya el lado oscuro, y consiga la reunión familiar ante la pantalla.

Sin embargo, estas aspiraciones tienen su coste en los guiones. Por una parte, en más de un capítulo la lógica se perdía por el camino. La resolución de conflictos de algunas subtramas de los capítulos eran inverosímiles. Y lo eran porque se imponía ese sentido llamémoslo filosófico sobre las necesidades básicas de la trama.  Era improbable que un mafioso ruso evolucionara a tal velocidad que pasara a dejar su negocio; y sólo por una llamada de su hijo. O que un padre de algún país islámico extremista perdonara tan fácilmente a su hija por haberse disfrazado de hombre para poder conducir. Tampoco es tan sorprendente, sabiendo que su creador es Tim Kring, el mismo de Heroes. La tercera temporada de aquella serie de super héroes debería estar en los manuales de cómo no se debe escribir guiones. Los "saltos" de actitud, ánimo, y rol de algunos personajes eran contrarios a la verosimilitud.

La idea, claro, es que ese poder de Jake, el niño autista, ayuda en cada capítulo a una serie de personajes por todo el mundo. En recientes capítulos, ha entrado en juego nada menos que la religión. Por tanto, más que de ciencia ficción, hablaríamos de fantasía, donde se interpreta que las matemáticas es, más que un lenguaje científico, un modo en que el universo se expresa y se comprende. Ante el caos de la vida cotidiana actual (más con la crisis económica), respuestas universales por medio de las creencias. No hay nada más reconfortante que la idea de que la conectividad universal o que una ciencia confirme que el mal puede suprimirse resolviendo un puzzle de números. 




Esto puede juzgarse o no como conservador (y simplista, como respuesta a la situación actual), pero lo que aquí nos ocupa es si esto al final se entromete con la misma escritura de guiones. Porque, de hecho, tanto da que sea una ideología marxista como una conservadora; lo que importa es si es tan a priorística que fuerce el conjunto. En el caso de Touch es claro. No se preocupa de que un capitulo da poco tiempo a que un problema grave tenga su resolución, ni de que justo subir tanto las stakes, y que el conflicto sea tan peliagudo, complica que sea verosímil una solución tan rápida.

Lo curioso es que los requerimientos de una ficción son, pese a todo, tan fuertes, que pueden hasta equilibrar (o intentarlo). Touch no se ha conformado con la estructura de stand alone episodes. No hace muchos capítulos, se ha puesto en marcha un enemigo en la sombra. En realidad, tiene lógica, y por varios motivos. Uno de ellos es la lógica. Si, al cabo, estamos ante una historia de un super héroe (aunque peculiar), antes o después debe aparecer su Némesis. Otro motivo es el riesgo. Como decía yo en aquel post, no parece seguro que las producciones de HBO o AMC hayan creado el efecto de que ahora toda serie de televisión sea recibida como “una novela”. Siguen dándose series donde las tramas generales son escasas o muy débiles, con éxito contrastado. El Mentalista es un caso; la última temporada de House (por cierto, muy execrable), otro. Castle, otro.

Aun así,  quién sabe. Bien por mirarse en las “grandes” series, bien porque identifiquen que ello les lleve al éxito (aunque, insistimos,ya vimos que no es una regla de tres), algunas series sí se han esforzado por tramas Generales más presentes y constantes.

Sucede en Touch, y es lo que quizá sirva para salvarla. Si uno tiene la suficiente paciencia para superar esas subtramas buenistas, existe un cierto suspense. ¿Lograrán los malvados hacerse con Jake? ¿Lo descubrirá su padre antes de que lo secuestren? Y aquí que volvemos con las necesidades de la ficción. Y esta vez, sin predisposiciones ideológicas. Por un lado, esos representantes del “bien” (Jake, su padre, la trabajadora social) necesitan un oponente. Nada nuevo, pero sí fundamental. Por otro, un poco de realismo que contraste con ese mundo perfecto donde unos números salvan a todos sin mucho esfuerzo.

Otro detalle a replantearse es si esta lucha será posible o creíble. Como héroe, Jake está mermado, en cuanto a que es un niño (discapacitado), y en cuanto a que su padre no tiene una profesión que le conecte con posibles aliados. Por ello, la lucha parece desequilibrada desde un comienzo, si el oponente es nada menos que  una empresa poderosa, dispuesta a usar los poderes de Jake para su beneficio. Pero habrá que ver cómo se desarrolla Touch. Esperaremos que consideren mejor la lógica de la escritura de guiones.

Person of Interest ha realizado esto con mejor tino. En verdad, los protagonistas gozan de un poder tan ilimitado, que un enemigo poderoso era lo apropiado. John y Finch tienen una máquina que anticipa asesinatos, nada menos. Igual que Touch, y, tal vez, igualmente sin la conciencia de ello, Person of Interest no es ni puede ser realista. Jonathan Nolan, su creador, ha negado que se integre en el género de ciencia ficción, pero la misma serie lo niega. A lo mejor Nolan tenía en mente ese concepto de ciencia ficción ya anticuado de naves espaciales.


El hecho es que esa suma de conocimiento (Finch y su acceso a la máquina) y músculo (John es un ex militar y es CIA) exigía que se le opusieran enemigos potentes. 23 capítulos, se ve, son ya muchos para que se mantenga la mera estructura del stand alone episode, debió de pensar J.J Abrams. O no, puesto que luego él mismo no lo ha aplicado a Alcatraz, donde el misterio de la trama General no avanzaba si cuando la lógica lo demandaba.

Gracias a ello, la serie ganó. Además, porque los guionistas hicieron un tanto más compleja la trama General. Teníamos el habitual desglose de flash-backs para entender a ambos protagonistas. Teníamos un enemigo inteligente y con igual poder; el hijo del mafioso que vuelve para tomar la ciudad. Teníamos la CIA, que perseguía a John. Teníamos la rama corrupta de la policía. Teníamos los que pidieron la construcción de la máquina.

Con estos mimbres, sí era posible que 23 capítulos tuvieran un soporte más estable. Si Touch o Castle o El Mentalista confían en una trama General con un oponente y un conflicto único, Person of Interest hacía las cosas más complejas. Sin que la comparación las iguale en otros aspectos, comparte con The Good Wife una similitud. Como en la serie de los King, Person of Interest va desplegando subtramas (diferentes de las de cada capítulo) dentro de esa Trama General. Y las relacionaba mejor de lo esperado en una serie comercial.

Por ejemplo, la trama en torno al pasado de Finch crecía y se entremezclaba con la de esos que han resultado (en el último capítulo) enemigos peigrosos: los que pidieron la construcción de la máquina.

La realidad es que la necesidad del oponente habla, y bien, de cómo las bases de cualquier narración siguen siendo las mismas. Independientemente del género, o de las pretensiones comerciales y hasta ideológicas. 

sábado, mayo 19, 2012

DULCE SUEÑO DE SOMBRAS: AVANCES EN EL CORTOMETRAJE


El cortometraje Dulce Sueño de Sombras, en el que estoy colaborando, sigue avanzando.

La verdad es que ha sido más complicado de lo esperado encontrar al niño protagonista. Pero, una vez resultas algunos fallos de, digamos, comunicación, al final hoy hemos conocido a los posibles candidatos.

Tenemos que agradecer la disposición y la naturalidad con la que nos ha atendido el profesor que trata con los niños en la Escuela Viento Sur. Es cierto que finalmente hemos pospuesto el casting en sí, pero ha sido justo porque hemos preferido conocer a los candidatos antes.

Charlando con ellos, preguntándoles por su experiencia en otros proyectos en los que han colaborado, Beatriz (Pérez Ávila, la que será la directora) y yo nos hemos hecho una idea primera bastante interesante.

El próximo sábado tendremos ya el casting, con cámara.



Mientras tanto, todo lo relacionado con el cortometraje continúa. Por una parte, este mismo sábado tenemos el torneo de fútbol que hemos organizado como método de recaudar algún dinero. La idea fue de Jesús Navas, el guionista. De profesión es educador social, y pensó que se le podía dar una vuelta a ese concepto un poco voluble: el crowdfunding. Se celebra en el Puerto de Santa María, y como él habita allí es quien más ha trabajado el tema. Esta tarde, de todos modos, Bea y yo nos desplazamos allí para ayudar en cuanto podamos.

Recaudemos lo que recaudemos, nos conformamos con pasar un buen rato y que los participantes en el evento lo disfruten.

Aparte, tenemos casi cerrado el equipo, a falta de que confirmemos la disponibilidad del director de fotografía. Y tenemos varias ideas para el cartel. Carla nos ha facilitado varias ideas (una de las cuales se puede ver más arriba) y pronto las colgaré aquí, para que todos los que lo deseen, opinen.

Para información más concreta sobre el corto, el proyecto, la historia, aquí está el enlace. Busquen en los apartados correspondientes del blog.

lunes, mayo 14, 2012

SE BUSCA NIÑO PARA CORTOMETRAJE: DULCE SUEÑO DE SOMBRAS

Ahora, estoy trabajando con un grupo de colegas para sacar adelante un cortometraje. Se llama Dulce Sueño de Sombras, y éste es su blog. Ahora mismo, estamos buscando al que sería el actor principal de nuestra historia: un niño de entre 7 y 8 años. Las características físicas no son importantes. Lo que cuenta es que tenga cierta formación para actuar ante una cámara. 

La idea del corto surgió hace meses, en verdad. O mejor dicho, la idea de que, a la espera de empresas que no llaman y productores que no se implican, tal vez era hora de buscarnos la vida.

Si el contexto no lo procura, entonces tendremos que hacerlo nosotros. Nos cueste más o menos es tiempo de que unamos fuerzas los que tenemos interés (y si se quiere, pasión) por el audiovisual. No importa tanto el resultado (me refiero al resultado una vez terminado; a los posibles premios) como el proceso: cualquier aprendizaje es relevante. 

Nuestra idea es realizar el casting en El Callejón de las Artes, una escuela que incluye el colectivo Viento Sur (con bastante tradición aquí en Sevilla) además de otras disciplinas artísticas. Ellos nos van a ayudar aportando el sitio para el casting, además de buscar posibles candidatos entre los participantes en sus cursos para niños. 

Por el momento, la fecha no está cerrada del todo. Será entre finales de esta semana y comienzos de la próxima. Si estáis interesados, podéis manifestármelo mediante los comentarios, o escribir a la dirección de contacto del cortometraje, en su blog.




jueves, mayo 10, 2012

JUEGOS DE TRONOS (GAME OF THRONES, HBO): MUNDOS SECUNDARIOS Y FANTASÍA SOMETIDA



Este sábado, en el ABC Cultural, hay un artículo sobre Juego de Tronos (Game of Thrones, HBO) de Andrés Ibáñez un experto conocedor de asuntos fantásticos. Ahí, encontramos una definición relevante en cuanto a este género, que, de paso, se aplica a la ciencia ficción.

“J.R.R. Tolkien […] habla de algo que él denomina `mundo secundario´. Un `mundo secundario´ es aquel que a) no tiene vínculo con el nuestro […], es imposible de acuerdo con el sentido común y c) es coherente dentro de sus propias reglas, las cuales no pueden ser arbitrarias”.

Como bien expone el artículo, Juego de Tronos (también en su original literario) se coloca a la sombra de estas aspiraciones (bastante ambiciosas) del maestro Tolkien, pero sin abrazarlas en toda su extensión. 

Si uno veía la primera temporada, y se impacientaba con la constante tendencia a la extensión del foco de la narración, cabía una posible explicación. Tantos personajes, tantos reinos, tantos espacios, eran requeridos para ese retrato de ese “mundo secundario”. Para que conociéramos sus reglas concretas.

Con la segunda temporada, esta explicación ya no se sostiene. Juego de Tronos, de forma peculiar, y, al menos en su traducción a la serie de televisión, parte de esa tradición de Tolkien para una agenda diferente. Y ello, y he aquí lo peculiar, pese al éxito de la saga entre la comunidad seguidora del género fantástico.


Cierto que detenerse en cada representante de cada reino ayuda al retrato general. Pero darnos sus lemas y sus emblemas no los convierten en parte de un universo aparte, con reglas propias. Es difícil anticipar por donde se orientarán futuras temporadas (lo sabrán, tal vez, los que lean los libros de Martin), pero, por ahora, esta ficción trata de personas, y no de mundos.

Tanto es así, que la serie se antoja disfrutable en cuanto a retrato de personajes (es decir, el aspecto dramático) pero a ratos decepcionante en lo narrativo (es decir, el aspecto de trama). Parece sorprendente como mínimo que muchos de los que se quejaban de la lentitud de The Killing hayan aplaudido la serie de HBO


Volviendo a las posibles intenciones de Juego de Tronos, la serie obvia bastante el sentido de la maravilla que es cosustancial al género fantástico (como lo es, en principio, al de ciencia ficción). Por otro lado, el tono y la moral que se va mostrando en este “universo” no es diferente de lo que uno podría imaginar que sucediera en nuestra Edad Media. Es un giro de la fantasía heroica hacia ese realismo de barro, putas, violencia y poca poesía. Al parecer (podrán confirmarlo o negarlo los lectores de las novelas), esto se ha magnificado en el traslado al audiovisual. Tal vez sea una operación intencionada de HBO, afín a la idea de que las ficciones adultas requieren este feismo como necesitan el sexo y los desnudos. La definición de ficción adulta con tales mimbres únicamente es, cuando menos, cuestionable, pero quizá estaba ya sembrado en la idea de George R. R. Martin.

Por otra parte, así se equilibra con la posibilidad de que el género fantástico (tan poco apreciado por la intelectualidad) contagie una serie que, como las de HBO, se dirige a un público más exclusivo.

Pese a todo ello, en esta temporada hace aparición la magia. De forma más contundente que en la primera temporada. Hay que recordar que allí se comenzaba con una primera escena traicionera, que anticipa un tono y un género que producía una expectativa nunca satisfecha. Y que el elemento mágico sólo volvía, plenamente, en el último capítulo.

Ahora, en la segunda temporada, lo fantástico retorna con una escena, en el capítulo 2x04 (Garden of Bones) de las más atrevidas vistas en televisión. Se mezcla lo mágico con lo oscuro y con un sentido que nunca aparecería en ninguna otra cadena, y, no desde luego, en el cine de Estados Unidos.

Esta creación de imágenes y momentos audiovisuales tan inquietantes (jugando nada menos que con algo “sagrado”, la maternidad) sí indican esa buscada “madurez” en la ficción. Y se insertan bien en cuántas posibilidades tiene el elemento fantástico para cuestionar realidades y conceptos, más allá de la dirección sentimental (aunque interesante por sus contradicciones) vista por ejemplo en Once Upon a Time.



Y aquí radica la cuestión fundamental: si lo fantástico va ganando sitio en Juego de Tronos tal vez HBO vea cómo se le escapa la calificación de serie de televisión “seria”. A la vez, si se insiste en ese tono de realismo, la historia despeje esa misma posibilidad de realmente retratar un universo alternativo.

Mientras tanto, Juego de Tronos camina por esa senda del retrato de tiempos pasados sin glamour y lleno de traidores, arribistas, y bajas pasiones vista, por ejemplo, en Roma, o en Los Tudor. Poco importa que no se ambiente en un tiempo “real” si se incluye en las mismas coordenadas. Por esa dirección, no es nada nuevo ni original.

Eso sí, a falta de que sigamos los próximos capítulos, desconocemos si se ahondará en esa contradicción. Porque, lo visto hasta ahora, indicaría que el aspecto fantástico en parte se relaciona con tiempos pasados, que, son, cómo no, tiempos mejores. El tiempo de los dragones, los Gigantes y los niños del bosque, como afirma un personaje. Y aquí vienen más conexiones curiosas: como en Once Upon a Time, ese otro mundo que puede superponerse sobre el más “real” tiene tanto de melancolía como de posible peligro.

A medida que avanzan los movimientos de todos estos perseguidores del trono, uno sospecha que más o menos sabrán de emociones (a veces, meros instintos) humanas. Pero que, a la hora de enfrentarse con la vuelta de lo mágico, puede que todo su mundo se tambalearía. No sería un mal posible desarrollo. De una contradicción, dejar surgir un conflicto.

Pero habrá que esperar. 

domingo, mayo 06, 2012

LOS VENGADORES (THE AVENGERS, JOSS WHEDON, 2012): ANÁLISIS


Los Vengadores (The Avengers, Joss Whedon, 2012) es una película de super héroes con más valores de los que a priori pudiéramos suponerle. Es entretenida, no trata al espectador como un idiota, y los momentos de gran espectáculo son menores, más cortos, y menos embarazosos que, por poner el ejemplo de blockbuster medio, cualquier film de Michael Bay. Además, supone un alivio añadido que se haya esquivado (al menos, en parte) el error común visto en la serie de X-Men. Aquí, pese a ser un grupo bastante numeroso de héroes, el guión le otorga a cada uno suficiente espacio en la historia. 


Como ya habrá una legión de fans suficiente que busque y encuentre los aportes comunes de Joss Whedon, señalemos mejor lo relativo a la dirección, con ideas que sugieren que el estudio le ha debido dar más tiempo y mayores libertades que lo que es normal en una película de esta características. Mencionemos dos detalles de dirección y puesta en escena. 

La primera, un plano donde se ve cómo los Vengadores comienzan una discusión que deriva en tensiones crecientes… mientras la inversión de la imagen permite que notemos la causa… La vara que portaba Loki. Es una forma visual de transmitir una información muy efectiva, que no recurre a un diálogo que lo remache. Además, era bastante necesario porque a esas alturas del guión no quedaba claro el motivo de tal tranquilidad de Loki, apresado en la base (volante) de SHIELD.

El segundo hallazgo se apoya más en la tecnología, pero no deja de ser interesante. Se trata del momento en que la cámara se mueve (gracias a lo digital) entre cada uno de los héroes durante la batalla final, deteniéndose un instante en donde se encuentran, y qué hacen. 

Volviendo al guión, y a riesgo de que esos mismos fans de Whedon alcen el puño furiosos, diremos que no es tan satisfactorio, si prestamos mayor atención. Puede que hayan sido  limitaciones originadas por el tono y la orientación de las franquicias de cada héroe. Thor sigue siendo el personaje más flojo, debido en parte a una elección errónea del actor, pero también a que la película originaria no adaptaba nada bien los aspectos épicos del habitante de Asgard. Poner de Odin a Anthony Hopkins y a director a Kenneth Branah no aportaban calidad de forma automática. Bien por el actor, bien por el guión, aquel film convertía a Thor en un adolescente mimado cuya evolución, además, era repentina. Sus guionistas cometían una torpeza más cuando descuidaron también la evolución del antagonista, con un Loki que sólo empezaba a actuar como “malo” demasiado tarde.

Esto se hereda en Los Vengadores. Loki sigue siendo débil como malvado. De hecho, es un “enviado”; un segundo al mando de una fuerza externa que entrevemos (y descubrimos en el epílogo final, tras los primeros créditos). Cuando topa con Thor, se dan los momentos menos logrados de la película. 


Con Hulk sucede algo similar. La película que enlazaba con esta obra de Joss Whedon era mucho menos interesante que aquella primera adaptación de Ang Lee. The Incredible Hulk (Louis Leterrier, 2003) se deshacía de todos esos traumas infantiles que habitaban la psique de Bruce Banner (que, he descubierto hace poco, ya estaba en los cómics, en manos del guionista Bill Mantlo). No se daba, así, un verdadero conflicto. Y tampoco se exploraba (ni siquiera se abría, de hecho) un hecho relevante: si el Hulk que veríamos en pantalla era el descontrolado o el que mantiene cierta consciencia. 

Aquí, el actor (que releva a Edward Norton, y para bien) y la dirección de Whedon le dan un enfoque distintivo a Bruce Banner, donde incluso ciertos gestos (agarrándose y frotándose las manos) indican cuánto se preocupa por controlarse. Es irónico y distante para con SHIELD (su primera escena, con la Viuda Negra define bien al personaje), pero a la vez esforzándose en una distancia que le impida enojarse en exceso.

En todo caso, como decíamos, no se enfrenta el problema de qué tipo de Hulk es, llegándose a la contradicción. En primer lugar, se le teme como esa “fuerza de la naturaleza” que ya en los cómics todos temían poner en marcha. Luego, en cambio, en la batalla final, Bruce Banner se transforma en el monstruo sin dificultad alguna… y dando lugar a un Hulk que, de pronto, está de parte del grupo.

El caso de El Capitán América es diferente. Whedon aquí no necesitaba plegarse al arco del personaje de la película de su franquicia. Dado que aquélla (con ideas menos valoradas de lo que deberían haber sido, por cierto) acaba con el resurgimiento del héroe en nuestro tiempo, su estado de ánimo como personaje de hecho es sólo ahora, en Los Vengadores, cuando puede tratarse. Whedon le sitúa en su primera escena dando golpes de frustración a un saco de arena donde entrena, en un gimnasio. De nuevo, una muestra de que, como director, sabe cómo sintetizar un estado de ánimo en una acción y una imagen.

Por desgracia, esta misma escena abre algo que no se explora lo suficiente durante el resto de la película. Puede que Whedon haya preferido darle más tiempo y espacio a los dos personajes sin película propia: la Viuda Negra y Hawkeye. Y así, parece que el personaje al que se le ha restado (más) metraje ha resultado el Capitán América.

O puede que no sólo haya resultado limitadora la herencia recibida, sino, además, el futuro legado. Sin conocimiento (o conocimiento total) de por dónde querrán encaminarse los directores y guionistas de las franquicias de cada héroe puede que Whedon se haya visto coartado.

En cualquier caso, se anuncia que habrá mucho metraje extra en las ediciones para consumo en vídeo. Ahí, y entonces, sabremos con seguridad la causa real de los errores de Los Vengadores.

Otro aspecto no del todo conseguido es la sensación de amenaza. En pantalla no se imprime bien esos stakes: ese riesgo inminente de lo que sucederá si Loki triunfa. Ni siquiera en el clímax (largo pero controlado, por fortuna), pese a que no faltan explosiones y peligro físico para la población, uno no siente que estemos en uno de esas situaciones de "end of the world" a las que tantas veces se enfrentan los Vengadores. Nos recuerda, buscando un ejemplo en los cómics, al problema similar que se daba en el crossover World War Hulks o, en ciertos momentos, Secret Invasion: se nos informa de que todo está a punto de perderse, pero no se nos transmite de forma eficiente. 


En el trailer de la película se daba más ese tono de amenaza que en la propia película

Como reflexión final, viendo la sala llena de niños, y con ese tono ligero y de humor (y Whedon es bueno en esto; no puede negarse), sí que surgen varias cuestiones acerca de esta variación concreta del tratamiento del super héroe.

¿Por qué se ha considerado que un target más joven requiere un tono más ligero? ¿Por qué, si, de todas maneras (al menos, viendo las reacciones de los niños), esta película apenas entretiene a los más pequeños? Y si el objetivo eran los adolescentes, ¿por qué el tono ligero, cuando tenemos en cartelera The Hunger Games, que es (sea mejor o peor) un film mucho más oscuro? 

Algún crítico ha dicho que los Vengadores de Joss Whedon remite a los cómics de tiempos más sencillos. Cabe preguntarse, pues, si el film no se dirigirá de veras a los adultos con melancolía, en estos tiempos en los que este sentimiento se expande por el cine (The Artist es un ejemplo; Hugo, otro, más significativo por cuanto también se supone que es un film dirigido al público joven). Pero todo esto queda para otro post. 

Otro de los trailers enfatizaba un tono más sombrío y "serio" que el que después domina en verdad el film

sábado, mayo 05, 2012

NUEVA SELECCIÓN PARA CORTOMETRAJE RÍO ARRIBA (2011): ONE SHOT ISFF 2012 (ARMENIA)

Nueva selección para el cortometraje Río Arriba, en cuyo guión he colaborado.

En este caso, nuestra historia viaja nada menos que a Armenia, al One Shot ISFF 2012, que se desarrollan en el Armenian Center for Contemporary Experimental Art. Río Arriba (con su título internacional, Up River) se mostrará en el apartado de Cinema without Borders.

Me resulta peculiar que incluyan esta historia en los márgenes del cine experimental. Aunque también es cierto que un corto de animación que no sea para niños tal vez sitúe a Río Arriba como opción difícil para esa manía de la clasificación. Más curioso es el hecho de que, siendo estrictos, el cortometraje está dentro del género fantástico.

Los otros cortos seleccionados son Bye, de Toni Barrena, Imago313, de Alf Moraleja y Lone-Illness, de Virginia Llera.

Más información sobre este festival de cine, en su página web.

Por si aún no lo han visto, el teaser del cortometraje es el siguiente.

CINE DE CIENCIA FICCIÓN. DESAFÍO TOTAL (TOTAL RECALL, PAUL VERHOEVEN, 1990): ANÁLISIS

Total Recall (Desafío Total, Paul Verhoeven, 1990) se mantiene como una de las mejores películas de ciencia ficción recientes. Puede que los efectos hayan envejecido un tanto, y es probable que la nueva versión venga a mejorar (¿sólo?) esto. En cambio, la película de Paul Verhoeven, bajo una revisión hoy, mantiene la mala leche, el sentido del humor y ese ritmo tan contundente (también visto en la propia violencia; atención al tiroteo en la escalera) que le presta el director holandés. 

Pero lo que mejor funciona, y lo que da su toque de diferencia es su premisa. De una idea buena también, por qué no, salen guiones interesantes, si se trabajan. Y si el director sabe sacarle sus ventajas. No es común en estos días. 

La primera escena es un sueño. Acaso, la mejor forma de comenzar una película que trata de sueños y su compleja relación con la realidad. Si el principio, sabemos, como guionistas, debería establecer bien el tono, bien el género, bien el tema, Desafío Total cumple dos de tres. 


Douglas Quaid, el protagonista, sueña con una compañera a la que parece que ama. Y en un escenario fantástico; en Marte. Pero es sólo un sueño. O quizá una obsesión, por la insistencia con la que retorna a él, como averiguamos cuando despierta y charla con su mujer. En estos primeros momentos del guión ya aparecen sembrados por todas partes. En un doble sentido, además. Por un lado, anticipan datos relevantes para la trama, como todo lo que el informativo expresa acerca de la situación de Marte. Por otro, porque cada una de estas pistas las contempla Quaid. Por tanto, puede que sean tomadas por su psique e incorporadas a su fantasía. 

Porque la empresa Recall (Memory Call en la versión doblada al español) le invita a una experiencia novedosa. No ya un falso recuerdo de haber viajado, como es común en este tiempo futuro donde se desarrolla la historia. El EgoTrip facilita un sueño vivido de una fantasía a la que se le pueden añadir cuantos elementos se desee. Con esta premisa, todo lo anterior a dicho “viaje” o “sueño” puede interpretarse como susceptible de ser añadido por Quaid a un nivel subconsciente. 

Sin embargo, Verhoeven (o el guión) juega con la ambigüedad. Igual que hay información que conduciría a esta conclusión, hay otros detalles que lo negarían. En la escena en la que Quaid le pregunta a un compañero de trabajo acerca de Recall, éste no se lo recomienda. Tras el breve diálogo, la cámara queda un momento con el personaje del compañero. Comportándose con preocupación por esa idea que le ronda a Quaid. Esto indicaría que lo que, más adelante, se supone que le pasa al protagonista es “realidad” y no “sueño”. Que es cierto que lo vigilaban.

Esta ambigüedad se mantiene a medida que progresa la película. El encargado de Recall menciona el mal tiempo y… los taxistas molestos. Y luego tendremos un taxista igual. Las imágenes que le ofrecen antes del “viaje” para que elija qué incluirá muestran escenarios que luego surgirán en sus aventuras… Además de la mujer que será clave en su misión. 

En cierto modo, todos estos sembrados cumplen aún una tercera función. Siembran ese equivoco que se asienta sobre el tema del guión: cómo se distinguen los sueños de la realidad cuando aquellos son construidos por una nueva tecnología. Una que da satisfacción a dichos sueños, también en su sentido de “fantasía”. Como espectadores, nunca sabremos si lo que vive Quaid es realidad o parte de ese “Egotrip”. Desde luego, hay escenas, bastantes, donde Quaid no está presente. Lo que podría suponer que cuestionemos que esto pueda ser un sueño/fantasía. Ahora bien, esto es precisamente eso: un sueño. No un recuerdo. No un flash-back. Por tanto, podría ser dicha fantasía. Quaid podría estar soñando escenas que construirían esta trama, sin que él esté presente. 

Y todo lo que sucederá coincide punto por punto con esa fantasía que Recall le prometió. Será un agente secreto. Será perseguido. Tendrá una relación con una mujer morena. Encontrará extraterrestres. Y salvará el planeta. 


Debe ser uno de los pocos ejemplos (si no el único) donde un guión anticipa todo lo que va a ocurrir. Por eso, tiene doble mérito que la película sostenga el interés. La base de ello es que se juega justo con esos elementos que Quaid deseaba para su fantasía y que, como veremos, no se alejan mucho de lo que cualquiera de nosotros desearía también. Qué mejor forma de evadirse de una realidad aburrida que convertirse en un héroe de acción. ¿Cuáles son estos elementos? Desafío Total genera una mezcla de the wrong man con elementos del género de espías, y, claro (y ahí la aportación de Verhoeven), del cine de acción. 

Si hay algo que todavía funciona casi con garantías es que sigamos a un protagonista perseguido por algo que no es. El sentimiento de injusticia siempre nos llama. Pero aquí se le da la vuelta, y Quaid sí es quien los malos (Michael Ironside, en su mejor papel) suponen. Sólo que con una personalidad con la que podemos conectar. Al tener la memoria como agente borrada, Quaid ahora es y se comporta como el average man… con la ventaja de que dicho bagaje sí le convierte en un héroe de acción. Es decir, no es, no puede, un tipo cínico y resabiado o sin moral (como se intuye, y luego se confirma, que sí era el “verdadero” Quaid), aunque tiene sus “poderes”. Es una solución similar a la del Bourne de la trilogía para cine: uno de esos "super héroes" o semidioses (como hablábamos aquí) siempre son complicados como protagonistas por su lejanía (experiencias, moral, psicología) para con cualquiera de nosotros. Un borrado de memoria cambia esto.

Como se dice en una frase de diálogo: “You are not you: you are me.” Lo cual, por otra parte, insiste en aquello que luego le explicará el presidente de Recall (spoilers a partir de aquí, si aún no la han visto). En esa escena, por si el espectador se había dejado llevar demasiado por la trama, se nos vuelve a recordar todo aquello que estaba sembrado al principio. 

Quaid no está despierto. Quaid no es un agente ni posee información que salve el mundo. Es tan sólo un hombre que sufre un ataque de psicosis. Con elementos paranoides y esquizofrénicos. 

¿Es así? ¿No lo es? No lo sabemos. No hay respuesta única. Hay pistas, detalles, escenas, que dan información a favor de esta teoría y en contra. Claro que su fantasía es paranoide. Es nada menos que, decíamos, la historia de un hombre perseguido. Claro que su fantasía es esquizofrénica. Es la historia de un hombre con dos identidades. Y, pese a ello, pese a que esta explicación es lógica (y a tono con el género), esto no está situado al final. 

Los guionistas no optan por esa revelación de último minuto que fuerza a que revisemos toda la película (al modo de El Sexto Sentido o Sospechosos Habituales). No. El riesgo es aquí mayor. Lo colocan a mitad de la película. Pero tampoco se arriesgan del todo. 

La trama contiene suficientes agarraderas para el puro entretenimiento, como ya veíamos. Y como también indicábamos, la (peculiar, eso sí) lógica del subgénero de espías permite que asumamos que el intento del hombre que se presenta a su puerta con una pastilla roja (curiosa interconexión con The Matrix, aquí) también puede ser una trampa. Quaid mata al hombre porque le ve sudando… Pero esto no es una pista definitiva en realidad. Si está soñando, y paranoico, ¿cómo no iba a creer que todo es una conspiración? ¿Qué prueba que sude la imagen de lo que sólo está en su cabeza?


Sea como sea, creamos al hombre de Recall o creamos en toda esa historia del agente doble, lo peculiar es que ninguna opción impide que sigamos disfrutando la película. Al fin y al cabo, el cine en sí ya es un modo de plasmar nuestras fantasías, sean paranoides (todos alguna vez creemos que todos están en contra de nosotros), esquizofrénicas (todos queremos ser otra persona), hermosas e idealistas (todos queremos liderar una revolución que cambie, al menos, un mundo). 

Sólo en la escena final, se nos presenta, quizá, un poco de incomodidad. Cuando en el mismo escenario que aquel primer sueño, se cumple la salvación de Marte y todo acaba bien, y el protagonista se queda con la chica. Entonces, a lo mejor, se nos remueve algo dentro. Y sentimos que es demasiado perfecto. Y que se parece mucho a aquello que le prometieran en Recall

Entonces, sólo entonces, quizá, tal vez, a lo mejor, descubramos que esto es ficción fantástica, y que se diferencia mucho de la realidad.