“Aquel aguijonazo hecho también de muchas pequeñas puntas, claveteando la piel del cuello. Un azote de dientes afilados que horadaban los dulces huecos, la carne indefensa junto a sus orejas, tirando de ella hacia atrás y hacia delante. No se revolvió. Trató de ajustar su respiración descontrolada por el pánico al avance de la decena de alfileres que a ratos suavizaban la presión para hacerla un poco más intensa en la siguiente embestida. Escuchó un chillido agónico y se preguntó dónde estarían los límites de aquel sufrimiento. Percibía con toda claridad el latido del corazón del macho contra su lomo, el balanceo rítmico del cuerpo fuerte y elástico, el ronroneo implacable junto a su oreja derecha, una voz suave que prometía calma, el final de aquel dolor hecho de pequeñas púas que, en realidad, lo supo entonces, sólo buscaba distraerla del otro. Un dolor mayor en forma de espina helada que iba abriéndose paso en su bajo vientre, cegando sus ojos, dejándola sorda, obligándola a abrir las piernas y a moverlas como remos en direcciones opuestas, devolviéndola a un tiempo oscuro, a un lugar donde la supervivencia dependía de otros miembros de la especie. Estaba ciega y sorda. El dolor crecía y se rindió a los dientes prensiles como si fueran los de su madre, notando cada alfiler de aquel mordisco seco, exento del bálsamo de la saliva. Sintió por última vez el empuje brutal de aquel hueso en sus entrañas y luego un flujo helado y viscoso recorriéndola por dentro. Como en una fogonazo vio unas manos infantiles arrancadas del cuerpo al que habían pertenecido. Comprendió entonces que el maullido agónico era su propia voz.”
menos la marca de agua de Getty todo lo demás es precioso
ResponderEliminarÚltimamente ando de mal en peor con mis lecturas: entre lo que tengo por leer y la limpieza de estantería (próxima reforma/mudanza) me doy cuenta de que he sido una lectora sin criterio toda mi vida... y de que estoy pagando las consecuencias. Así que os veo leyendo las novedades ahí tan frescos y me dais una envidia...
ResponderEliminarSmall Blue Thing; tranquila, que si supieras el eje sobre el que va mi índice de lecturas, no te sentirías tan mal.
ResponderEliminarPor cierto, que tengo que pillar el de Neil Gaiman: al final, ¿qué te pareció?