No; el juego de palabras entre el título del
post y el de la serie no es intencionado.
Una de las características que tienen que
asumir las series de televisión es que, junto a los fieles que entraron en la
primera temporada, cada nueva de ellas debe planear atraer a nuevos
espectadores. Para eso, la fórmula más utilizada queda fuera de los guiones en
sí: es aquellos montajes de los “Previously on…”
Pero no siempre. El segundo capítulo de la
cuarta temporada de Justified (Fx, 2010-) prueba a realizarlo dentro de la
historia. En realidad, es parte de esa dificultad que nos encontramos todos los
guionistas, aquella que consiste en resumir información pasada, cuando, por
ejemplo, realizamos elipsis de varios años entre escenas, y tenemos que expresar qué ha sucedido entre tanto.
Por tanto, encontrarse con este momento en el
que se busca una manera de que se exponga esa información, pero de una manera
justificada, puede resultar muy útil.
La escena tiene como protagonista al superior
del protagonista, Rayland Givens. Es el jefe de los Marshals Art Mullen, y recibe visita de un responsable policial de otra zona. La visita se supone de cortesía; incluso le
trae un bourbon de calidad. Pero Art sabe que en verdad viene a tantear el
departamento, ya que él tiene el retiro cercano. Y, quizá, a aspirar a su puesto.
En ese momento, ese tono afable entre colegas
cambia. Y el diálogo de Art realiza dos cosas, al tiempo.
La primera, la
interna, la justificada, forma parte de la que será su subtrama: expresar que,
sí, es posible que pronto se retire, pero será mejor que nadie venga a tocarle
las narices.
Pero la segunda es ésa ya mencionada: resumir para el posible
espectador recién llegado a Justified alguna información relevante sobre los
personajes. Art hace un retrato resumido de esos que trabajan a su cargo.
Nótese que en medio de este resumen el guión, el diálogo, también aporta información nueva para el espectador que sí esté ya familiarizado con la
serie. El divorcio de la agente Brooks es novedad.
A todo esto, claro, se comprueba que el tono
de humor e ironía de los guiones de la serie sigue tan intacto como siempre.
El detalle de cerrar la escena con ese visitante recordándole a Art que, demonios, le ha traído un buen regalo, y con Art reponiendo que estupendo, y que piensa disfrutarlo es una prueba.
Posible aprendizaje, pues: si vas a dar información que tal vez el espectador (o algunos de ellos) ya conoce, hazlo con imaginación. Y de forma justificada.
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