"Era un personaje descolocado, como tantos otros, de brújula rota, de mapa perdido. Se vestía como una dama de novela vieja y salía a la compra con los labios pintados dejando a su paso un rastro de olor a palacio, a pasado, a poemas ingleses leídos bajos los árboles. Solía ventilar la casa durante horas y por las ventanas enrejadas, abiertas de par en par, podía contemplarse desde afuera una especie de museo, una confusión perfumada de terciopelos rojos en la oscuridad, cortinajes sujetos por grandes lazos, espejos con macos dorados, retratos de todos los tamaños, arañas de cristal, vitrinas repletas de platos de porcelana y muebles ventrudos de madera oscura."
"No es nada". Carlos Castán. Sólo de lo perdido. Destino, 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Blogger está graciosillo, así que ten paciencia con lo de los comentarios. En todo caso, gracias.