jueves, abril 07, 2011

LO QUE FRINGE HA PERDIDO POR EL CAMINO

Soy seguidor de Fringe. Me gusta. A ratos, me encanta; me apasiona. Es entretenida; tiene, al menos, dos grandes personajes (Olivia y Walter Bishop); una relativa originalidad. E infinidad de posibilidades.

Sin embargo, en parte porque estoy revisando las anteriores temporadas, y en parte por dos posts de Bloguionistas (éste y éste), estoy reconsiderando algunas cuestiones. Sobre todo, una.

Cómo una buena idea, al cabo, puede más que los detalles. Cómo tiene tanto poder que, como espectadores, puede hacernos que pasemos por alto más de un error. Se me ocurre que ahí habría una respuesta probable al entusiasmo por Origen (Inception).

Volviendo a Fringe, con todo lo que ha ganado (y lo que, en verdad, es lo que la hace “diferente”), ha perdido algo en el camino.

1. El ritmo apabullante.

Particularmente claro entre el 01x01 y el 01x09. Cómo se buscaba el conflicto y el más difícil todavía, por ejemplo, mediante el montaje paralelo hacia el final. Como el 01x02: Olivia persigue a un asesino. Al tiempo, Peter tiene que salvar la vida de una víctima, usando los conocimientos médicos de Walter, para más desesperación, en una actitud contradictoriamente calmada. En el 01x07 Olivia necesita que Walter le consiga una respuesta si quiere que un detenido le dé la cura para un herido que, en ese mismo momento, vemos que está a punto de morir. Pero el precio de esos datos es que Walter fuerce un invento de los suyos (es decir, peligroso) con su propio hijo.


2. El elemento de terror.

Esto de los géneros no es ya lo que era, y delimitar a Fringe a la ciencia ficción era imposible. Porque bajo la pátina de vocabulario científico, había elementos fantásticos. Y porque además estaba el añadido del terror. Imágenes como el parásito que atrapaba el corazón en 01x07 (In which we meet Mr. Jones), o los monstruos que salían de los cuerpos en 01x11 (Bound) eran consecuentes con aquella pandemia y sus efectos en el Piloto: cumplía con la promesa de una subida del grado de “gore”. Viraje que, con lo de los dos universos, casi se ha finiquitado del todo.

"The thing", que la llama Broyles, en 01x07


Los monstruos han vuelto a la televisión, sin apenas habernos dado cuenta.

Aún con todo, capítulos como 03x09 (Marionette) recuperaban algo: es una de las historias con imágenes más inquietantes. Y el camino que yo vería como más enriquecedor es el de la conjunción: del terror y de la Trama Principal de los dos universos. Como sucedía en unas imágenes de vídeo donde veíamos a Bishop pensando qué hacerle a la Olivia niña para… bueno, no cuento más. Veánlo en 03x15 (Subject 15

3. La personalidad de los secundarios.

Puede que sea por haberlo conocido en The Wire, pero uno echa de menos que Lance Reddick, es decir, Phillip Broyles haya perdido líneas, y, sobre todo, conflictos que lo hagan evolucionar. Tan sólo en la Primera Temporada, Broyles pasaba de desconfiar de Olivia, a respetarla, a defenderla, con luchas por el camino con el sentido común (al toparse con cosas “increíbles”), la burocracia y esa pasión de su subordinada que tan diferente es del carácter de aquél. Comparen con su rol reciente. Han crecido, algo, los del “otro lado”, aunque no parece que aún hayan adquirido más rol que el de “pared” contra la que Olivia u otros lancen diálogos.

4. El sentido del humor.

Yo mismo me dije que el “running gag” de Walter con la comida o las drogas podían hacerse reiterativos. Pero todo se ha vuelto un tanto serio desde que a) Peter sabe qué hizo su padre b) “the stakes” han crecido, y la cosa se ha ido a “la salvación del mundo” lo que lleva a que c) todo el mundo respeta a Walter. Las reacciones de Broyles o la propia Olivia ante sus salidas de tono eran para mí fuente de carcajadas (Is he stoned? preguntaba el agente Francis en 01x10, Safe, cuando Bishop le salía por peteneras).

5. La ambigüedad. El misterio.

Se ve que J.J. Abrams y el resto de creadores de Fringe han aprendido la lección (si es que había que aprenderla) y no han mantenido muchas preguntas sin respuestas llegados a la tercera temporada. En la primera, Nina Sharp y Massive Dynamics tenían intenciones poco claras; el bando enemigo confundía a Olivia (y a nosotros) con información incompleta; y, por supuesto, no sabíamos qué le había sucedido a Peter y Walter. En realidad, es consecuente y hasta lógico: los misterios, antes o después, hay que aclararlos.

Pero la claridad ha eliminado al menos una de las preguntas relevantes en nuestra curiosidad: el "¿qué?"

"¿Qué pretenden los del bando enemigo?" "¿Qué esconde Massive Dynamics?" "¿Qué oculta Walter?" "¿Qué hace a Olivia tan especial?"

Ahora todo es cuestión de ¿qué pasará luego? Esto vuelve peligroso eso que ya comentaba en otro post: cada capítulo no dedicado a que la Trama Principal (la "serialized story" que la llaman algunos) avance −y avance significativamente− (03x13, Inmortality, es un ejemplo de cómo sólo los últimos minutos lo son, y eso no sé si es suficiente), es un paso hacia que el espectador pierda la paciencia. Tanto o más como aquel “problema” de Lost donde la paciencia se escurría por el retraso en, justo, la clarificación.

Insisto. Soy seguidor de Fringe y su renovación para una cuarta temporada me ha alegrado y mucho. Tal vez precisamente porque esas dudas de cuánto más duraría ya estaban ralentizando a los guionistas, y esta tercera temporada. El universo creado da para más, y no lo estaban aprovechando del todo. Y con todo lo "perdido", lo que venga a sustituirlo ha de ser igual de bueno o mejor.

Y ahora, unas risas.

3 comentarios:

  1. Ah, vale, captado. Bien visto. No sé cómo se habrá colado.

    Ya está corregido. La próxima vez avísame de en qué línea está la falta de ortografía: ¡que me he vuelto loco intentando entender a qué te referías!!

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  2. De paso, ya que estaba, he cambiado alguna que otra cosa más, y añadido alguna otra. Creo que ahora está todo mejor expresado. O sea, que gracias de nuevo.

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Blogger está graciosillo, así que ten paciencia con lo de los comentarios. En todo caso, gracias.