Una norma que, con los años, compruebo que es infalible: nunca, nunca, des por sentado que lo que se habla en una reunión te ha quedado claro o lo que ha quedado claro a los demás. Que todo lo que te pidan que cambies, dónde en el guión, y cómo, quede por escrito. Que te den al menos un resumen, un informe, algo que te indique los posibles problemas (o lo que ellos juzgan como problemas).
La comunicación es un arte complicado, y a veces ellos no se explican bien o tú no los comprendes bien. Menos, porque, en ocasiones, las sugerencias que se te hacen se realizan fuera de ese marco "serio" de una sala de reuniones o de un despacho, y se dejan caer en momentos "aparte".
Si luego hay malentendidos, es probable que la culpa recaiga sobre tí, y no parece buena idea responder a quién sea (productor, jefe de contenidos, etc.) con un "estoy seguro de que eso no es lo que me habías dicho".
Al final, él es "el cliente", con lo que "siempre tiene razón". Y tú no eres un artista bajo la tutela de un mecenas, sino un currito que habrá de escribir qué y cómo le dicen que escriba.
Fernando, lo que has dicho es una de las pocas cosas verdades inmutables de la profesión. En las reuniones pregunto una y otra vez... hasta que creo que ha quedado claro por todas las partes.
ResponderEliminar... Y aún así, a veces ocurre que "donde se dijo digo se dijo Diego".
ResponderEliminarFíjate que todavía me pasa. Por eso, no voy a dejar de repetirlo. También me sucede con la gente que tengo o he tenido a mi cargo.
ResponderEliminarClaro que yo me aseguro de ponerlo todo por escrito: por mail y hasta en documentos "de guía", cuando se trata de dar directrices a los que tengo a mi cargo.
Y aún así, ¡a veces pasan de tí!