Cada día, los fallos de mi TDT me regalan algo nuevo. Primero, me censuraron Antena 3. Luego, la calidad con la que se ve Tele 5 me instaron a incluirla en la lista de no visitables (aunque ya me lo había yo prescrito mi prescripción facultativa). El otro día, topo con la Sexta3. Y oigan, volveré. Hay siempre sorpresas. Como la opción de ver Heaven´s Gate; (Las Puertas del Cielo) aquella película de Michael Cimino que arruinó a la United Artists, a su director y que fue un escándalo (al parecer el rodaje fue un desmadre cocainímico) y un desastre en su percepción por parte de los críticos.
Obviamente, los críticos de Estados Unidos, entonces, pero también en mucha parte, ahora, difieren muy mucho de los españoles. Allí, apenas ha arribado la estela de la Nouvelle Vague y el Cahiers du Cinema. Les importa, creo, y bastante, la narrativa. Me paso por Rotten Tomatoes y confirmo que todavía hoy en general se estima esta película como errónea.
A mí me llamaron la atención diversos elementos. El comienzo tiene aquello que se espera del cine de verdad, y, al tiempo, una contradicción. Sin apenas diálogos, conocemos a dos de sus protagonistas (sobre todo, al principal) en la fiesta de graduación en la universidad de Harvard. El baile que parecen improvisar al ritmo de un vals de Strauss es de una belleza increíble. Increíble, también, porque tiene un algo de digresión. No define a los personajes. No adelanta el género (aunque tal vez considerarlo un western tiene sus dificultades), y quizá ni el tono. No creo, en todo caso, que sea el mayor problema de la película. Puede que lo fuera en cuestiones de presupuesto (se dice que el prólogo y el epílogo se comieron una buena parte del presupuesto), pero nada más. No coincido con esto, de Film Threat y Phill Hall (por cierto uno de los pocos que defiende la película)
Anticipa sólo ese sensación de juventud de "vamos a cambiarlo todo", sobre lo que da pistas la voice over de James Averill, personaje interpretado por Kris Kristofferson. Hay aquí también un interés antropológico y social: Heaven´s Gate a ratos será una especie de fresco donde tienen su lugar las masas. Obreras, por cierto; e inmigrantes. Era ese tipo de western que sólo usaba el género como marco donde incluir nuevos temas y preocupaciones.
Veremos reuniones de rusos y otros europeos del Este, peleas de gallos, prostíbulos, filas de inmigrantes por los paisajes de Montana (haciendo que son de Wyoming)...
Claro que esa preocupación por "lo grande" quizá descuida otros aspectos.
En todo caso, la película avanza, y yo sigo fascinado. En un tren, llegará Averill a un pueblo que levantaron casi enteramente en producción. Los planos lo aprovechan: vemos incluso el humo que sale de supuestas industrias allá a lo lejos.
Cimino y el guión van acercando el personaje a ese dilema de fondo. No crean, sin embargo, que estamos ante un héroe. Averill mira más que actúa, pese a que ya oye y sabe (en un interior también lleno de personas; la masa parece atraerle) que se prepara una cacería.
Una cacería contra esos inmigrantes que los terratenientes del ganado suponen (o quieren suponer) que están robando y creando "la anarquía" (concepto que se repetirá varias veces; tal vez haya aquí hasta un componente político).
Ya tenemos el conflicto planteado. Es fuerte; es importante; es peligroso. Averill es un sheriff de un condado al que esos terratenientes enviarán un pequeño ejército de mercenarios. Cuando acude al club y les enfrenta que ni se les ocurra acudir sin órdenes de detención, pensamos que será el héroe. Pero insistimos. No lo es. Luego, no será consecuente; no tendrá prisa por prepararse. Es como si ya se hubiera rendido, antes de tiempo. Como si ya no fuera ese Averill joven e idealista. Pero es que Cimino y su guión (al menos en la versión que pude ver; creo que hay varios montajes) nos ha dado una elipsis de 20 años. Desde aquel baile de la universidad, al tren y a su papel de sheriff.
Es una manera curiosa, indirecta, de ser fiel a una caracterización: Averill ahora es mayor, más cínico. No le falta el sentido de la justicia. Lo que le falta es la fe en el sistema. Perfecto, si hablamos del personaje. Problemático, para una trama. Una solución podría ser una subtrama, aunque ello expone también dificultades.
La Subtrama del triángulo amoroso entre Averill, Ella (Isabelle Huppert) y Champion (Christopher Walken) crecerá tanto que casi se vuelve el centro del film.
Nota: A PARTIR DE AQUÍ, SPOILERS
Esto, en lo negativo, en cuanto que desequilibra un poco el conjunto. Ahora bien, al tiempo, aporta ese contrapeso que se iba echando en falta. Ante lo grande, el fresco, el conjunto, ... el detalle. El detalle de una relación amorosa que está tratada de una forma muy interesante.
Hemos visto que Champion acude al burdel, y que tiene una relación especial con Ella. Y luego, vemos que Averill llega en el tren con un coche de caballos que, comenta, es para Ella. El espectador ya asimila ese conflicto de la Subtrama. ¿Quien demonios está con Ella? ¿Champion o Averill? ¿Los dos? Esto promete.
Más porque Champion es un vigilante de ganado que ya se toma la justicia por su cuenta (es decir, está con los terratenientes ganaderos). De hecho, su presentación no puede ser más clara, y ahí no creo que acierte Roger Ebert , que considera esta presentación del personaje un error.
"is in several of the initial scenes before he finally gets a close-up and we see who he is."
Yo creo que es un acierto. No hay forma más sintética (y visual y poderosa) de presentación quién es Champion que asesinando a uno de esos rusos que ha robado una vaca. Por cierto, una de las imágenes más potentes. No le vemos la cara: Champion dispara y asesina a través de una sábana tendida de la casa del inmigrante.
Más aciertos: para seguir definiendo a Champion (y sus contradicciones), le veremos insultar a la caravana de inmigrantes... para luego mostrarlo siendo educado e implicado sentimentalmente con Ella. Una inmigrante.
Ella es un personaje imposible para lo que sería el cine clásico, y no digamos ya el western clásico. Madame, prostituta, y con una absoluta naturalidad en la forma en la que se relaciona con sus dos amantes. Naturalidad que reafirma cómo se mueve la actriz con ellos, a veces desnuda. Me gustó mucho ese momento en que, medio desnuda, cubierta con una sábana, sale fuera a ver qué le ha traído de regalo Averill. Huppert está magnífica. Inocente, sencilla, pero consciente de que el triángulo será problemático. Un gran personaje.
Mientras esta relación tiene el ritmo adecuado, es el Trama Principal donde tal vez estén esos fallos. Quizá el espectador de entonces (y también, en parte, el de ahora) aguarda que, cuando se muestra a los villanos de la función, el héroe (aunque sea un anithéroe) actúe de un modo u otro. Pero Cimino sigue preocupado por ese fondo: otra vez un baile, reuniones de inmigrantes, ... Y ahí todo se va atascando.
Si a esto le sumamos que esos villanos se apropian de la bandera americana, que el presidente apoya a los mercenarios y su cruzada, que fue un evento histórico real, y que no hay final feliz, supongo que ya tenemos más señales de por qué los críticos americanos vapulearon Las Puertas del Cielo.
Aquí, otra crítica interesante.
Espero no decir una boutade muy gorda, pero yo ahora entiendo mucho, pero MUCHO mejor El Cazador.
ResponderEliminarYo la vi hace mucho tiempo. No podría decirte. En cuanto a Heaven´s Gate, al parecer la versión que vi es sólo una de las muchas, y de las más cortas, supongo. Había, pues, muchas elipsis. Aún así, yo más o menos lo capté. ¡Creo!
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