Todo se va concretando en el proyecto de cortometraje Dulce sueño de sombras. Hoy mismo hemos tenido la reunión de equipo previa al rodaje, que tendrá lugar la semana que viene.
Dibujo de Verónica, nuestro encargada de vestuario.
Es una sensación extraña, pero muy satisfactoria ese descubrimiento de que lo abstracto se concreta. De la página del guión, a temas tan concretos y de aparente poca relevancia como la ropa que llevará un actor (y de dónde sacarla), pasando por dónde aparcaremos los coches, hasta qué tendremos de comida para el catering.
Además, el equipo de arte y vestuario han diseñado unos dibujos que, además de útiles, ya te van otorgando esa realidad inminente: el corto se hará. Se convertirá en imágenes. Pronto, en acción.
Yo estoy contento. Ya tenemos storyboard (otro curro, que han realizado Carlos Rodríguez, el director de fotografía y Beatriz Vázquez, la directora).
Contento porque hemos sido exigentes con el guión hasta el último momento. Porque, lo crean o no, hasta que no vienen ojos nuevos puede que se nos haya escapado algo. No tanto en cuestiones dramáticas o narrativas, sino más bien en pequeños detalles de verosimilitud.
Jesús Graván, el guionista, y yo le hemos dado una vuelta más. Hemos recortado. Mucho. Pero lo necesario. Menos diálogos. Menos frases reiterativas. Y el cuento...
Ay, el cuento...
Dulce sueño de sombras presenta un riesgo con el que hemos tenido que lidiar. Hay una historia dentro de una historia. Sí. Lo sé. Parece que este tipo de proyectos me llaman. En Río arriba ya sucedía.
Aquí, sin embargo, hemos optado por otro camino. La historia dentro de la historia no está completa. Es un cuento. Un cuento que le narra un personaje a otro, y que es fundamental, por varios motivos. Pero no era tan fundamental que apareciera completo. En el caso de Río arriba era parte de la atmósfera, y parte, digamos, del sentido; del tema del corto. Era necesario que se incluyera entero. Además, allí teníamos margen de tiempo (no por nada es un corto bastante largo). Con Dulce sueño de sombras todos estuvimos de acuerdo que no queríamos irnos más allá de los diez minutos. Luego, claro, dependerá del ritmo en montaje, pero es nuestro objetivo: diez minutos.
En cuanto al cuento, Jesús escribió, claro, uno completo. Corto pero con sus respectivos actos. Le dimos vueltas. Muchas. Luego, más vueltas y más trabajo acerca de cómo lo incluíamos en el guión. Al final, hemos dado con una solución que nos satisface a todos.
La habitación del niño protagonista, Bruno. Trabajo de Álvaro Delso, nuestro director de arte.
En todo caso, también estoy disfrutando con las funciones de producción. Organizar, acordar, revisar qué necesita cada equipo, y de dónde se va a sacar (porque con un presupuesto tan ajustado, necesitamos que nos presten más que pagar por ello) es muy interesante. La persona de producción, Alma González Lanzas, que nos guía en este proceso lo tiene muy claro, y sabe lo que se necesita. Aprenderemos mucho de ella.
Seguiremos informando. Habrá fotos de rodaje. Y, en su momento, el teaser.
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